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19 El rey se conmovió, subió a la habitación que había encima de la puerta y se puso a llorar diciendo mientras subía:

— ¡Hijo mío, Absalón, hijo mío! ¡Hijo mío, Absalón! ¡Ojalá hubiera muerto yo en tu lugar! ¡Absalón, hijo mío, hijo mío!

Informaron a Joab de que el rey estaba llorando y lamentándose por Absalón; así que la victoria de aquel día se transformó en luto para toda la tropa, pues la gente oyó decir aquel mismo día que el rey estaba muy afectado por su hijo.

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